Las
gotas de lluvia viajaban del cielo a su ventana, realizando una danza
graciosa y oscureciendo el panorama. Cuando esto sucedía, ella solo
quería sentarse ahí, viendo hacia afuera, para contemplar esa cadencia
con la que venían a estrellarse contra su cristal.
Con
aquella taza de espumoso chocolate entre las manos, las veía con
atención, intentando contarlas, y darle nombre a cada una de ellas.
Pero, las traviesas gotas sospechabas sus intenciones e intencionalmente
cambiaban de lugar, se revolvían bailando alegremente para que ella no
pudiese lograr su cometido.
Entonces
aquella practica se extendía por horas, en las cuales ninguna cedía, la
muchacha quería clasificarlas y ellas confundirla…hasta que ambas caían
dormidas, ella recargada sobre su ventana, y las gotitas abrazadas,
para que no las sorprendiera y las contara
Mientras
la joven se dejaba atrapar por sus sueños, alguien mas quedaba atrapado
en su belleza, subía hasta la ventana, la veía…intentaba acercarse…se
arrepentía…daba la espalda…se alejaba, pero no mucho, era más fuerte su
deseo de contemplarla. Así que volvía y flotaba justo frente a sus ojos,
clavando en ella muy fuerte la mirada, intentando traspasar su piel, su cráneo y llegar directo a su cerebro, para formar parte de sus sueños.
Era
tanta la fuerza de este espectro que lograba perturbar su descanso, ella
despertaba agitada, incomoda, asustada…y veía aquella vaporosa figura
propagarse en los alrededores, dejando muy bien marcada en la ventana la
huella de su mano que intentaba alcanzarla, de esta manera le hacía
saber que estaría cerca, observándola cada vez que
cerrara los ojos, acechándola algunas veces desde los rincones oscuros,
intentando siempre, ser parte de su vida..
clavando en ella muy fuerte la mirada, intentando traspasar su piel, su cráneo y llegar directo a su cerebro, para formar parte de sus sueños.
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